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Cabeza de hidra

Hidra. (Del lat. hydra, y este del gr. ὕδρα hýdra 'serpiente acuática'.) f. Mit. Monstruo del lago de Lerna, con siete cabezas que renacían a medida que se cortaban, muerto por Hércules, que se las cortó todas de un golpe.
Cabeza de Hidra
Monstruo de las mil voces
Tormenta-pájaro
Posted on August 26th, 2023
Admonición
Abrió una botella de vino. No la bebió; la fue vertiendo cuidadosamente en la maceta más próxima, mientras la esposa atendía sus deberes con abnegación.
Anteriormente le había advertido, "no hagas quehacer de noche, mujer; un día de estos va a venir la muerte a tocarte la puerta". Pero ella había convertido la limpieza nocturna en una filosofía de vida.
Al ojo de su mujer, el hombre finge quedarse dormido. Minutos más tarde, tocan a la puerta. Es el amante.
Suben sigilosos hacia el cuarto, y ahí, felices, se entregan al placer.
—Guarda silencio —protesta el convidado—, nos puede escuchar mi compadre.
—De ningún modo, puse somnífero en su bebida, como lo he venido haciendo desde hace unos meses.
—Eres un peligro de mujer —musita el hombre con tono provocativo.
—Moría por estar en tus brazos y cuando uno cede a una pasión tan grande se convierte en un ser abominable.
Ceden pronto a la retórica del cuerpo. El hombre adora a la madre-monstruo, ofrendándose en todos y cada uno de sus resquicios, mientras el marido toma la escopeta y sale de la casa sigiloso.
Decidido, toca la puerta. La mujer baja apresuradamente para evitar que el ruido despierte al esposo, sin percatarse que quien ocupa el lugar del marido es la muerte.
Apenas abre la puerta, recibe un tiro certero en el pecho y cae de espaldas. De pie junto al cadáver de su esposa, el hombre se persigna y agita la cabeza en un gesto de desaprobación diciendo, "te lo dije, mujer, que un día de estos la muerte vendría a tocarte la puerta".
Posted on August 26th, 2023
Solanina
Ninguno de ellos había matado a nadie antes. Pero la paga era buena, y las necesidades, bastas. Por eso, cocinaron una poción de pequeñas plantas mágicas. Apenas las arrancaron de la tierra, emitieron horribles gritos agudos que perturbaron la mente de quienes habían escuchado a esos duendes verdosos y pálidos que habitaban en el vientre de la tierra. Sin embargo, era necesario que corrieran el riesgo de la locura, si querían obtener el valor para poder matar a aquellos inocentes que habían sido secuestrados la semana pasada.
Al hundir la hoja del cuchillo en sus gargantas, emitieron un pequeño chillido como si el sonido, interceptado por la mordaza que llevaban en la boca, saliera finalmente por aquella hendidura de la que brotaba un afluente estridente de sangre. El cuartito de ejecuciones se cubrió con aquel néctar prohibido que imprecaba maldiciones. Sobre los charcos espesos, se formaban burbujas que al explotar liberaban el sufrimiento de los decapitados, señalando a los culpables.
Aquel manchón blasfemo avanzaba lentamente hacia ellos; el pánico se apoderó de aquel lugar profano, haciéndolos confrontarse entre ellos. Como unos posesos, daban alaridos demenciales, y presos del horror y la culpa se clavaron las dagas asesinas los unos a los otros, terminando así con su desventurada labor.
El parte policial informó que además de las víctimas degolladas se encontraron los seis cuerpos heridos por las armas punzocortantes. El documento establecía el desconocimiento de las causas que llevaron a dicho enfrentamiento.
El forense determinó la presencia de solanina en la sangre, una sustancia alucinógena, poco usual pero conocida por la brujería tradicional medieval.
Entonces, ¿sucumbieron los verdugos a la culpa o al poder oculto de la mandrágora?
Posted on August 26th, 2023
Expiación
Ella era el amor de su vida. La conoció en las playas de Mazatlán, durante el verano del 84. Fue ella la que cayó en la cuenta de que su encuentro se produjo durante el solsticio sobre el trópico de cáncer y, por eso, insistía tanto en lo de las almas-espejo.
Además, porque a partir de su encuentro sus poderes psíquicos se habían potenciado. Sus videncias eran más exactas, y su poder de sanación; consultaba el tarot y sus guardianes respondían de manera inmediata a sus preguntas.
Así fue que predijo el desastre del 85. Si los medios le hubiesen permitido pronunciarse, quizá muchas muertes se habrían evitado. Pero no había fundamentos teóricos ni bases científicas. Esa fue la razón por la que dejó de prever cosas e intervenir en el destino de los hombres.
Por lo demás, adoraba los cuarzos y creía fervientemente en su poder energizante. Cuando Valentín vio aquel collar de amatistas en la tienda de Mefisto, pensó que sería un buen regalo para su próximo cumpleaños; lo envolvió cuidadosamente y esperó con paciencia.
Pasaron diez meses que fueron los más felices en la vida de Blanca, y llegó la fecha en la que había de morir. No prestó importancia a los sueños, los signos, las señales, las artes adivinatorias; todo estaba ahí.
La muerte vino envuelta en un fino paño de seda; al descorrerlo, Blanca quedó maravillada con el collar que los seres primigenios habían forjado para liberar a sus semejantes atrapados en esta encarnación. Se lo colocó inmediatamente obedeciendo a esas voces redentoras.
Alcanzó a brindar, por la dicha, por la felicidad, por la magia y por el amor, pero antes de dar el primer sorbo al champagne, el maldito collar se incrustó en su cuello. La sangre empezaba a fluir por las heridas que las piedras habían provocado en su piel y emergía a borbotones por la boca.
Valentín la abrazó impotente, sin saber qué hacer. Alcanzó a prometerle amor eterno, reencontrarse en otras vidas, buscarse para siempre, y ella escuchó esa dulce promesa antes de que su alma emigrara a la fuente divina de donde ambos provenían.
Posted on July 4th, 2023
En defensa de la virtud
—¡La cagaste, mierda, hijueputa!, le dijo conteniendo las lágrimas, ¡la cagaste al meterte con esa perra malparida! Su respiración era brusca, agitada; los suaves cabellos caían graciosamente sobre su frente y levantaban el vuelo con cada violento resoplido; sus divinos ojos llenos de furia hasta la desesperación, destilaban toda la humillación de que era objeto, y sus lágrimas amargas escurrían alegres, cálidas, llenas de vida, por sus mejillas descompuestas en una mueca de dolor contenido.
"¡Dolly!, pronunció el bastardo, tímido, alcanzando los finos hombros de la noble mujer. ¡No me toques!, gritó ella apartándose horrorizada, ¡no te atrevas a tocarme con tus asquerosas manos!
Un silencio atravesó los oídos del niño que escuchaba con atención, y un cálido beso depositado en las mejillas sonrosadas del pequeño se iba apagando lentamente mientras la madre lo arropaba tiernamente.
—¿Y qué pasó después, mami? —preguntó el niño contemplando los ojos hermosos de la madre.
—Eres muy pequeño aún para saberlo, Grisha. Anda duérmete ahora, que mamita tiene asuntos muy importantes que tratar en casa.
El pequeño cerró los ojos, alegre, y la madre apagó la luz. Después, se dirigió con toda la abnegación del mundo a su recámara. Tenía miedo por lo que pudiera pasar; no obstante, estaba convencida de que esa misma noche debía solucionar las cosas con Esteban.
Si Anna llega, pensó, Vronski se enamorará de ella de forma irremediable, y todo lo que hay depositado en la virtud en esta historia terminará yéndose al carajo.
Posted on June 30th, 2023
Furor
*Mención honorífica en el II Concurso de Cuento Corto de Terror convocado por Café La Fauna y Lengua del Diablo Editorial.
Había escuchado antes lo de Carrie, y el asesinato de todos esos niños en Chamberlain. Pero esas historias le parecían una patraña, un pobre artificio que habría conseguido para su creador una de las ventas más grandes de la historia.
Por eso no notó las señales previas cuando al molestarse por la pila baja de sus audífonos el autobús en el que viajaba se detuvo en seco por una falla en el motor. Tuvieron que descender a los pasajeros y trasladarlos a un nuevo vehículo.
Se hacía tarde y la segunda falla mecánica de ese día solo le pareció una curiosa coincidencia, una maldita broma del destino. Pero todo lo había hecho él sin darse cuenta, con la energía que manaba de su interior.
Los meses anteriores fueron decisivos para que esa furia contenida tuviera lugar aquella fresca mañana de septiembre. Odiaba su trabajo y la depresión en la que había caído felizmente lo había llevado a atravesar el límite de su naturaleza humana.
Lo inconcebible había comenzado a gestarse en su interior. Él lo pudo percibir; se sentía diferente, se escuchaba distinto, e incluso algo en su aspecto daba una impresión de novedad.
Esa sensación de extrañeza la atribuyó totalmente al consumo de los antidepresivos y a la posterior exposición al contagio. Lo cierto era que ese poder prohibido por los antiguos había permanecido dormido en su interior desde el principio.
En varias ocasiones se había imaginado a sí mismo apuntando directamente a las sienes del conductor en las extenuantes horas en las que el tránsito vehicular es un desafío para el espíritu humano, vulnerable a la perversidad.
Se entregaba a esas divagaciones sobre lo abominable y todos esos pensamientos paradójicamente le devolvían una extraña sensación de paz frente a la ilusoria contemplación de la sangre derramada de los inocentes, medio eficaz para la expiación.
A pesar de haber pagado taxi, aquella mañana llegó tarde al colegio. Los senderos del destino son caprichosos e insospechados; él sabía que no debía ir al salón por la demora, pero su sentido de la responsabilidad le hizo encaminarse.
Saludó al entrar y recibió una lluvia de comentarios soeces y burlas que desgarraban su espíritu con una violencia que no merecía, ¡buenas noches, hijo de tu puta madre!, ¡a ver a qué hora!, ¡ya te cargó la chingada, pendejo!, ¡lo voy a reportar!, decían algunos.
Otros más, avivaban la llama de lo inmisericorde, ¡mejor no llego!, ¿se le pegaron las sábanas, profe?, ¡ay, viejo cochino!, ¡ya vámonos!, ¡viejo ridículo!, ¡qué clase más aburrida!, ¡viejo marica!, ¡viejo menso!, ¡… zorro!, ¡… libidinoso!, ¡… puerco!
El mes pasado, los agresores se habían reunido en torno a la dirección para denunciar, aprovechándose de su torpeza y falta de carácter. El señor Garcés nos toca, sentenció uno de los varones.
Es un misógino y nos violenta, protestó otra. Uno y otro iban tejiendo una red de pequeñas mentiras que tuvo como consecuencia una sanción administrativa en contra de Garcés.
Esta situación debe parar, por el bien de todos; los padres están comenzando a reclamar y es mi deber atender esas quejas, dijo el director mientras tecleaba el documento acusatorio.
Todo el desprecio descendía al corazón, y se iba acumulando en una sensación cálida que le inflamaba el pecho. Era la furia contenida que crecía en su interior y estaba a punto de desbordarse y entregarse al mundo para redimir los pecados de los hombres.
Se dejó caer sobre sus rodillas, de espaldas al grupo. Extendió sus brazos al cielo, elevando los ojos llenos de compasión. Un silencio de muerte cruzó las conciencias de los espectadores que vieron desaparecer el mundo bajo la explosión de sus cráneos.
Una energía poderosa manó desde las profundidades del pensamiento. ¡Destrúyelos, Señor!, murmuró Garcés en el resquicio del silencio, y el universo se contrajo en la mente de todos los presentes.
Súbitamente todos los cuerpos fueron cayendo, y en su descenso tiñeron de sangre las paredes, bañando por completo el cuerpo de Garcés. Se bautizó en esa redención apócrifa y salió a recorrer el mundo como por primera vez.
Vio a los árboles siendo alimentados por aquel líquido escarlata que corría en hilos caprichosos hasta formar arroyos que fluían de los interiores de todas las construcciones pulverizadas e iban a dar a las avenidas, y formaban charcos en derredor de las cloacas.
El mundo había perecido bajo el arrebato del furor. Se sintió complacido de ver su creación terminada. Caminó a casa dichoso; no le importó recorrer treinta y dos kilómetros a pie. Al llegar se bañó, se sirvió un vaso de leche y encendió el televisor.
No había señal.
Poco importó.
Posted on June 29th, 2023
Sobre Michael Myers
De Michael Myers solo puedo decir que actualmente las calabazas de Halloween lo hacen llorar.
Decidió irse de Haddonfield porque la gente le temía.
¡Es un monstruo!, decían, y él lamentaba profundamente que no se tomaran el tiempo para conocerlo.
Hace un mes quiso platicarlo en la sesión con su terapeuta y al volver el rostro para encontrar aprobación en el especialista, solo encontró la silla vacía.
Fue al ártico a hacer amistad con los pingüinos, y actualmente vive muy feliz con las únicas criaturas que no le temen porque no conocen su pasado.
Posted on June 28th, 2023
Corazonadas
El jueves anterior a la Pascua, Alex Cansinos salió del trabajo con el estigma de la humillación grabado en la frente. Todos los días después de levantarse, se duchaba y afeitaba y, de pie, aún desnudo, frente al espejo, trataba de convencerse a sí mismo que el destino le tenía preparado algo magnánimo. Quizá por eso soportaba la violencia, el cinismo y la crueldad del patrón con la obediente abnegación de la esposa sumisa y silenciosa.
Aquella tarde, al salir de su trabajo, tuvo una corazonada y fue a tomar un sendero diferente. Reflexivo y cabizbajo, sintió sobre sus hombros las primeras gotas de una lluvia menuda cayendo sobre su pequeñez abofeteada y la mirada extraña y seductora de Diego Rivera, impreso en un billete que se cruzó en su camino. Se inclinó para recoger el dinero y pensó que eso debía ser una señal.
Aún tenía el billete entre sus manos cuando un líquido viscoso y tibio se esparció sobre su vientre, como las penumbras sobre la tarde, y una fuerza sobrenatural lo obligó a recogerse sobre su abdomen. Apenas pudo ver la graciosa silueta de un bandido internándose en la espesura citadina.
Sí, los caminos del Señor son insospechados, pronunció el asaltante con sobrada devoción, Alex Cansinos había tenido una corazonada, y yo tuve la gracia de estar cerca de él para poder llevar un mendrugo esa noche a mi mesa.
Posted on June 26th, 2023
Rufián
"Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal"
Nietzsche.
Al otro lado de la verja, yacía el Rufián. Mimí, una ridícula Pomerania, valiéndose de sus encantos femeninos, fue a proponerle un plan para escapar de las comodidades del hogar.
Hazlo por mí, Rufián; demuestra que eres digno de mi amor, decía mientras le pasaba la cola por las fauces al triste y cansado Dóberman.
El perro es el mejor amigo del hombre, pero las artimañas de una hembra pueden romper los lazos más estrechos.
Rufián entró con paso firme en la recámara del anciano, reflexionando sobre la lealtad debida a aquel hombre que habría dado su vida por verle feliz.
La vida es una ruleta de ironías, pensaba en voz alta, mientras las palabras de Mimí resonaban en su mente para alentarlo a cometer el crimen.
Seré tuya, como siempre has querido. Harás de mí lo que quieras y tendrás de mí cuánto quieras. ¡Vamos, mata al viejo, y seré tu eterna esclava!
Entonces, horrorizado por el arrebato del instinto que lo instaba a encajar sus blancos dientes en la piel clara del anciano, se abalanzó sobre él e hincó sus colmillos en la yugular.
Fue una muerte hermosa. Rufián, de pie, aún con el cuello de aquel noble hombre entre sus fauces, gimió y dejó caer una lágrima sobre el cuerpo inerte de su amo.
Salió con el resplandor de la sangre fresca untada sobre el hocico negro. Mimí lo recibió con una sonrisa y con un brillo de malignidad en los ojos que su cómplice no notó.
¡Magnífico, Rufián! ¡Tout est magnifique! Sí que has demostrado ser merecedor de mis favores. Ahora huyamos, amado mío, antes de que el alboroto atraiga a los vecinos.
Atravesaron la calle riendo, felices de su libertad, ignorando que la causa de su regocijo era un simple artilugio para soportar la desdicha, que es la vida.
Corrieron hacia la avenida, con la alegría escurriéndoles del hocico, y en el frenesí de la huida, Rufián no advirtió que Mimí se había detenido en el umbral del asfalto.
Volvió la vista hacia ella y la vio sonreír; entonces, comprendió. Todo fue en vano; un camión de carga aplastó el gran cuerpo del rufián.
La muerte fue instantánea e inadvertida, como todos los sucesos de la vida. ¡Magnífico, Rufián! ¡Tout était magnifique!
Posted on June 25th, 2023
